¿Tableta o libro electrónico?

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Si me preguntas, «oye tú que eres un friki que tienes todos los cacharros que salen, qué es mejor un tableta o un libro electrónico para leer PDFs y novelas?». Bien veamos, te describo para qué uso yo ambos trastos porque efectivamente, me gustan los trastos y en este caso tengo uno de cada.

El libro electrónico lo tengo hace ya bastante tiempo, un par de años o así, aunque antes tuve otro también. Ahora tengo un kindle y me da la impresión que me va a durar AÑOS. ¿Por qué? Pues porque es un aparato sólido, sencillo, que lo que hace lo hace perfecto y que no creo que se me vaya a quedar pequeño en breve por la simple razón de que solo lo uso para una cosa, y esa cosa la hace muy bien: mostrar novelas. El Kindle es EL SOPORTE para leer novelas, no se me ocurre un dispositivo mejor para hacerlo, ni siquiera el papel. Es una máquina perfecta para leer novelas: pesa poco, la batería dura bastante, la calidad de lectura es muy buena (aunque parece que los nuevos son aún mejores) y no tengo mayores problemas para pasarle libros tanto conseguidos por ahí como adquiridos en la excelente tienda de Amazon. Por esta razón no me planteo dejar este aparato, no hay nada con lo que sustituirlo, ni ganas.

El lado “malo” es que no me sirve para leer libros técnicos. Como digo es mi soporte para leer literatura, y ya. Los libros técnicos tienen figuras, tablas, código fuente, diagramas, páginas apaisadas y en general un diseño más complejo con el que el Kindle en mi opinión se atraganta. Aunque puedes leer ese tipo de documentos al final es complicado, incómodo y poco intuitivo. Si encima es un PDF que no está adaptado para el tamaño del libro electrónico es un verdadero engorro leer haciendo continuos zooms. A mí no me sirve.

Por la misma razón más o menos el Kindle tampoco me sirve para leer cómics. La resolución es bastante baja, para textos es suficiente pero para un cómic (más si es a color claro) se queda corto y no resulta fácil.

Y ahora llega la tableta. Bien para mí la tableta que tengo, una Nexus 7 fabricada por Asus y de la mano de Google, es una máquina pensada para consumir multimedia. No la uso para leer novelas porque la tinta electrónica del Kindle es muchísimo más cómoda para largas sesiones de lectura, aunque sí que podría usarlo para sesiones cortas, digamos un viaje en autobús al trabajo, una cola en el médico, cosas así.

Pero donde brilla es en el manejo de PDFs, libros técnicos y cómics. En ambos casos la tableta mueve sin problemas los diseños de página más complicados y la resolución de 1280x800 píxeles muestra una calidad gráfica más que aceptable. Está claro que las 7 pulgadas no son las 10 de un iPad, pero a cambio puedo llevarla cómodamente en la bolsa, leer sosteniéndola con una mano de pie en el bus, en fin es cuestión de prioridades y la portabilidad es una de ellas para mí.

Pero quitando el tamaño, se trata de un dispositivo que me permite versatilidad, actualización y sobre todo múltiples usos más allá de la lectura. Desde que estoy haciendo cursos en Coursera, aprovecho los viajes de autobús al trabajo para ­«ir a clase» independientemente de que vaya sentado o de pie; puedo echar partidas a juegos casuales o deportivos si me aburro, puedo leer los RSS o las nuevas revistas “automáticas” como Flipboard o Zite, puedo ver vídeos de charlas TED en el desayuno, repasar mis suscripciones a Youtube, revisar mis notas para procesarlas y alguna cosa más que me dejo.

Por lo tanto, mi respuesta ante libro electrónico o tableta es (¡oh sorpresa!) depende. Si vas a leer novelas: el Kindle, no te lo pienses ni un minuto. Pero si vas a ver más PDFs, libros técnicos o cómics o te gustaría usar el dispositivo más allá de un lector de libros, entonces una tableta no muy grande pero con una pantalla de calidad es tu camino a seguir.

Sed felices.