El Niño De La Luna

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¿Sabías que en las estrellas vive el niño de la luna que, con grandes saltos, va cada noche de un sitio a otro para comprobar si los niños duermen felices?

El niño de la luna les regala a los padres polvitos lunares para que, con suaves caricias en la frente de sus hijos, les ayuden a viajar al mundo de los sueños. En este mundo mágico pueden ser y hacer lo quieran. Pueden convertirse en reyes, reinas, guerreros, cocineros, médicos, astronautas, bomberos, policías, maestros, héroes y heroínas. Allí hay miles de historias que vivir y cientos de sueños que cumplir.

El niño de la luna canta suavemente en los oídos de todos para que, poco a poco, se vaya iniciando el viaje al fantástico mundo de los sueños. Visita las habitaciones de todos los pequeños para saber si están durmiendo bien. Y es capaz de contar hasta mil hasta que todos los niños vayan cerrando los ojos.

El niño de la luna se detiene un momento para contemplar el cielo nocturno. Con su baile, puede llegar hasta las montañas más altas y las aguas más cristalinas. Va danzando por todas partes y vigilando hasta que todos los animales de la Tierra puedan dormirse.

Cuando está muy cansado, uno de sus mejores amigos lo acompaña para seguir bailando. Es un águila blanca pura de corazón que emprende el vuelo hasta conseguir dormir al último de los niños. Tras conseguirlo, revisan que las lamparitas de cada mesilla estén apagadas. Y, cuando han cumplido su misión, se regresan a la luna.

Así que si alguna vez, al dormir, sientes que se te pone la carne de gallina o percibes un ligero frío o calorcillo por la espalda o tus hombros, ¡es el niño de la luna que ha venido a ver si ya estás durmiendo!

Anónimo